Por Masaguerrido
Son 3 las vertientes de derecho de oponerse al poder injusto y opresivo: La objeción de conciencia, la desobediencia civil y la resistencia civil al poder. En situaciones similares las 3 vías se practican y se mezclan, y a ello contribuye que en ocasiones se emplean las mismas tácticas o formas de acción. La base común de las tres formas de disidencia es un principio moral: el deber de rechazar activamente a la injusticia, la mutilación o incluso supresión de la libertad junto con todos los derechos colectivos.
La objeción de conciencia es un acto individual, por el que se defienden las convicciones propias evadiendo los actos de autoridad, sin pretender cambiar un sistema injusto. La desobediencia civil, es una acción colectiva que persigue corregir una situación de injusticia, cambiar parcialmente una política o una ley injusta. La resistencia civil se propone cambiar todo un régimen autoritario por otro democrático, redistribuir el poder monopolizado por minorías y someter pacíficamente el poder político a la voluntad popular.
Entre la desobediencia civil y la resistencia civil hay diferencias importantes. La desobediencia se detiene en los límites del estado democrático de derecho mientras garantice las libertades políticas fundamentales; el desobediente pretende solo cambiar la decisión o la ley injusta.
A resistencia civil comienza donde termina una sociedad justa y democrática, cuando los poderes públicos dejan de proteger los derechos fundamentales de la sociedad. La resistencia civil se justifica en los regimenes antidemocráticos, y aún contra las tendencias antidemocráticas en los estados llamados del primer mundo.
El método de la resistencia activa une dos principios: la resistencia y la no violencia. No violencia significa no hacer daño a nadie y su primer deber es respetar la justicia en todos los dominios. Es la resistencia activa porque una petición sin el apoyo de la fuerza es inútil. Una petición sostenida con la fuerza es una petición de un igual.
La obediencia pasiva es el fundamento del poder opresivo sobre la sociedad, la práctica de la obediencia en los diversos campos de la vida social refuerzan la dominación política, por lo tanto la desobediencia civil pone en crisis la vigencia de la autoridad. El conocimiento de las raíces y como opera la obediencia es precisamente el campo de las prácticas de desobediencia civil.
El objetivo de la resistencia es romper la relación viciosa de colaboración basada en un acatamiento de la legalidad que reproduce la injusticia social. Según Gandhi, la cooperación solo es posible entre iguales, pues entre quienes cooperan no hay débil ni fuerte, cada uno es igual al otro. La dependencia (o sumisión), en cambio, mantiene la impotencia y denigración, por lo que es necesario romper con esa relación de cooperación leal cuando la otra parte no ofrece trato un trato igualitario.
La no-colaboración gandhiana es parte de la resistencia activa; implicaba la ruptura gradual con el sistema inglés de dominación social, cultural, económica y política. Comprende la infracción directa a la ley, la desobediencia a una orden y el autogobierno mediante el poder dual, es decir, un sistema nacional alternativo. Por eso representa el más grado de impugnación a un sistema social y aun régimen político.
La no-cooperación tiene como condición una toma de conciencia al mismo tiempo individual y colectiva. Gracias a la unidad de la conciencia personal y colectiva se produce la autonomía respecto del poder opresivo, la autonomía es lo que permite tener a la vez un proyecto individual y colectivo, comunitario y nacional. La toma de conciencia es tenerse auto-respeto y dignidad como persona y como cultura. Esto implica romper con los valores adoctrinados por la cultura colonial.
La autoconciencia se afirma en la creación de espacios alternativos a las estructuras de dominación, un contrapoder o una dualidad de poder, por el que el pueblo aprende a autogobernarse.
El autogobierno consiste en la autonomía política, cultural y productiva, en la autosuficiencia de los poblados campesinos y descentralización a todo nivel. Implica una economía alternativa: La democracia económica extendida como modo de satisfacer las necesidades básicas y el bien social. Es también el modo de asegurar la autonomía de la sociedad civil frente “a quienes concentran el poder económico, político del régimen injusto” .
El método de la resistencia activa a la opresión es transformador de la vida social, crea nuevas reglas e instituciones que regulan la vida social al mismo tiempo que retira su apoyo al poder existente. Podemos concluir que la resistencia absorbe a la desobediencia civil, la incorpora a un conjunto más amplio de formas de acción colectiva de mayor intensidad y variedad.
(Armando Rendón Corona)
Son 3 las vertientes de derecho de oponerse al poder injusto y opresivo: La objeción de conciencia, la desobediencia civil y la resistencia civil al poder. En situaciones similares las 3 vías se practican y se mezclan, y a ello contribuye que en ocasiones se emplean las mismas tácticas o formas de acción. La base común de las tres formas de disidencia es un principio moral: el deber de rechazar activamente a la injusticia, la mutilación o incluso supresión de la libertad junto con todos los derechos colectivos.
La objeción de conciencia es un acto individual, por el que se defienden las convicciones propias evadiendo los actos de autoridad, sin pretender cambiar un sistema injusto. La desobediencia civil, es una acción colectiva que persigue corregir una situación de injusticia, cambiar parcialmente una política o una ley injusta. La resistencia civil se propone cambiar todo un régimen autoritario por otro democrático, redistribuir el poder monopolizado por minorías y someter pacíficamente el poder político a la voluntad popular.
Entre la desobediencia civil y la resistencia civil hay diferencias importantes. La desobediencia se detiene en los límites del estado democrático de derecho mientras garantice las libertades políticas fundamentales; el desobediente pretende solo cambiar la decisión o la ley injusta.
A resistencia civil comienza donde termina una sociedad justa y democrática, cuando los poderes públicos dejan de proteger los derechos fundamentales de la sociedad. La resistencia civil se justifica en los regimenes antidemocráticos, y aún contra las tendencias antidemocráticas en los estados llamados del primer mundo.
El método de la resistencia activa une dos principios: la resistencia y la no violencia. No violencia significa no hacer daño a nadie y su primer deber es respetar la justicia en todos los dominios. Es la resistencia activa porque una petición sin el apoyo de la fuerza es inútil. Una petición sostenida con la fuerza es una petición de un igual.
La obediencia pasiva es el fundamento del poder opresivo sobre la sociedad, la práctica de la obediencia en los diversos campos de la vida social refuerzan la dominación política, por lo tanto la desobediencia civil pone en crisis la vigencia de la autoridad. El conocimiento de las raíces y como opera la obediencia es precisamente el campo de las prácticas de desobediencia civil.
El objetivo de la resistencia es romper la relación viciosa de colaboración basada en un acatamiento de la legalidad que reproduce la injusticia social. Según Gandhi, la cooperación solo es posible entre iguales, pues entre quienes cooperan no hay débil ni fuerte, cada uno es igual al otro. La dependencia (o sumisión), en cambio, mantiene la impotencia y denigración, por lo que es necesario romper con esa relación de cooperación leal cuando la otra parte no ofrece trato un trato igualitario.
La no-colaboración gandhiana es parte de la resistencia activa; implicaba la ruptura gradual con el sistema inglés de dominación social, cultural, económica y política. Comprende la infracción directa a la ley, la desobediencia a una orden y el autogobierno mediante el poder dual, es decir, un sistema nacional alternativo. Por eso representa el más grado de impugnación a un sistema social y aun régimen político.
La no-cooperación tiene como condición una toma de conciencia al mismo tiempo individual y colectiva. Gracias a la unidad de la conciencia personal y colectiva se produce la autonomía respecto del poder opresivo, la autonomía es lo que permite tener a la vez un proyecto individual y colectivo, comunitario y nacional. La toma de conciencia es tenerse auto-respeto y dignidad como persona y como cultura. Esto implica romper con los valores adoctrinados por la cultura colonial.
La autoconciencia se afirma en la creación de espacios alternativos a las estructuras de dominación, un contrapoder o una dualidad de poder, por el que el pueblo aprende a autogobernarse.
El autogobierno consiste en la autonomía política, cultural y productiva, en la autosuficiencia de los poblados campesinos y descentralización a todo nivel. Implica una economía alternativa: La democracia económica extendida como modo de satisfacer las necesidades básicas y el bien social. Es también el modo de asegurar la autonomía de la sociedad civil frente “a quienes concentran el poder económico, político del régimen injusto” .
El método de la resistencia activa a la opresión es transformador de la vida social, crea nuevas reglas e instituciones que regulan la vida social al mismo tiempo que retira su apoyo al poder existente. Podemos concluir que la resistencia absorbe a la desobediencia civil, la incorpora a un conjunto más amplio de formas de acción colectiva de mayor intensidad y variedad.
(Armando Rendón Corona)
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