En respuesta al avance que la izquierda latinoamericana ha tenido durante las últimas décadas, exista toda una estrategia orquestada desde las entrañas conservadoras del imperio y puestas a funcionar por sus aliados locales, para debilitar y hasta eliminar dicho avance. Pruebas hay varias en los últimos años:
1.- La polarización política desembocó en el Golpe de Estado de 2002 en el que Chávez fue derrocado por dos días y restituido en el poder tras un contragolpe de las Fuerzas Armadas de Venezuela afines a Chávez y a la democracia.
En el 2006, en Bolivia, los caciques y sus padrinos imperiales coinciden en que un golpe militar podría ser el medio adecuado, contra el “indio” Evo que perturba los negocios, al igual que al “negro” Chávez en Venezuela. Pero, el golpe militar es como el asalto bancario: solo tiene exitoso si conserva el momento de la sorpresa. Este momento lo han perdido los subversivos bolivianos.
2.- En México es bien conocido el golpe de estado a la democracia el 6 de Julio del 2006, cuando las empresas locales y algunas extranjeras impidieron el avance hacia el inicio de una democracia firme y una renovación de las instituciones mediante el fraude electoral a AMLO.
3.- Otro caso es el de Rafael Correa en Ecuador, el 1° de Marzo del 2008 las tropas colombianas atacan un campamento de las FARC en territorio de la frontera ecuatoriana, donde inclusive mueren varios estudiantes mexicanos, con el pretexto de que los gobiernos de Correa y de Chávez albergan a los rebeldes en su territorio. Otro capítulo de esta misma historia en ecuador, es un video del 2006, que hace algunas semanas se dio a conocer por el supuesto financiamiento de las FARC a la campaña presidencial de Rafael Correa.
4.- El golpe de estado en Honduras no es nada más una casualidad o capricho de la oligarquía local, más bien representa la continuación ya en los hechos de la forma en que se puede desestabilizar un país, con ayuda desde el exterior. Y si no ha sido por la rápida difusión de los medios de comunicación independientes, este golpe jamás se revertiría en lo mínimo.
5.- Después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, el gobierno norteamericano aceleró su escalada militar en todo el mundo. En América Latina, la estrategia de Estados Unidos incluye la instalación de nuevas bases militares y el refuerzo de las bases ya existentes, el entrenamiento de militares latinoamericanos, la venta de armas, la instalación de sistemas de vigilancia y espionaje y el apoyo a mega-proyectos energéticos y de infraestructura para la explotación de los recursos naturales. Esta política busca defender los intereses de las grandes empresas y garantizar el control principalmente del petróleo, el agua y la biodiversidad en beneficio de los grandes consorcios mundiales.
Agosto del 2009.