Después de las elecciones del 5 de Julio, la percepción del ciudadano común y corriente fue: el regreso del PRI, la decepción por el PAN y el rechazo a un PRD dividido. Si bien esta percepción tiene mucho de verdad, existen matices por analizar.
EL regreso del tricolor por ahora abarca gobernar 5 entidades más y tener una mayoría casi absoluta en la cámara de diputados, pero se podría considerar un triunfo transitorio de acuerdo a las condiciones en que por ahora se encuentran sus dos principales oponentes.
El verdadero perdedor fue el PAN, debido que perdió Gubernaturas, Alcaldías importantes, la mayoría del congreso, pero sobretodo el resultado de esta elección fue un rechazo generalizado de casi toda la población, a la política neoliberal de los grupos de poder que han gobernado por décadas a este país.
El resultado en el caso del PRD, ya se venía venir desde tiempo atrás, la división que existe en ese partido es el resultado de dos proyectos de nación: el Proyecto Neoliberal que ha hundido en la pobreza a la mayoría de los mexicanos y enriquece a unos cuantos, abanderado por el PRI, el PAN y desde hace 3 años también por Nueva Izquierda del PRD; y el Proyecto Alternativo de Nación que propone recuperar la rectoría del estado mexicano para el beneficio de la gran mayoría de mexicanos, encabezado por el Presidente Legítimo Andrés Manuel López Obrador, Izquierda Unida del PRD, el PT, Convergencia y los sectores conscientes de la población mexicana.
Ahora bien, se debe poner en la balanza los factores que propiciaron los resultados del 5 de Julio, ya que mientras los partidos del Proyecto Neoliberal además de contar con el apoyo incondicional de la gran mayoría de los Medios de Comunicación nacionales y aun de los tribunales electorales, apostaron e hicieron uso de todas las artimañas conocidas desde hace varias décadas (como compra del voto, spots fuera de la ley electoral, reparto de despensas, suministro de materiales para construcción, ropa, electrodomésticos, juguetes, etc.) para “comprar” más que convencer al electorado, con cargo al dinero de nuestros impuestos.
Por otra parte los partidos adheridos al Proyecto alternativo de Nación, al no contar con muchos recursos financieros ni de difusión masiva, además de sufrir el embate diario y a cada hora de los medios de comunicación, apostaron a campañas austeras pero haciendo un llamado a la organización, al análisis y la defensa del voto y de la economía popular utilizando los métodos tradicionales como las brigadas de información, el volanteo casa por casa, las asambleas populares y pasando la voz directamente a la ciudadanía.
Como se puede deducir de lo anterior y los resultados del 5 de Julio lo resaltan, en México las condiciones para la elección de representantes populares son absolutamente injustas ya que se dan en un marco de participación clientelar e inclusive en muchos sentidos atentan contra la ley electoral vigente.
Ahora bien, en Iztapalapa para la elección de Jefe Delegacional se presentaron las condiciones más adversas que se pudiera uno imaginar, la consigna en esa demarcación era, “de una vez por todas, desaparecer o al menos minimizar del mapa político al Movimiento encabezado por Andrés Manuel López Obrador”, ¿y qué sucedió?, bueno pues que ante tal situación AMLO y sus colaboradores tuvieron que organizar, e implementar un plan acorde con las condiciones presentadas: trabajar organizadamente desde el pueblo, con el pueblo y para el pueblo. EL resultado está a la vista: más de 50,000 votos de diferencia a favor de AMLO-Clara Brugada-Izquierda Unida-PT-Juanito, con todo lo intrincado que se presentaba el escenario electoral, lo que representó y aun resalta a la vista a nivel nacional, un triunfo del pueblo consciente y organizado, orquestado por un líder honesto y sensible a las causas populares.
Para algunos militantes de izquierda, este será el escenario que se presentara de cara a la elección presidenciales para el 2012, habría que esperar, la realidad siempre nos da sorpresas.
EL regreso del tricolor por ahora abarca gobernar 5 entidades más y tener una mayoría casi absoluta en la cámara de diputados, pero se podría considerar un triunfo transitorio de acuerdo a las condiciones en que por ahora se encuentran sus dos principales oponentes.
El verdadero perdedor fue el PAN, debido que perdió Gubernaturas, Alcaldías importantes, la mayoría del congreso, pero sobretodo el resultado de esta elección fue un rechazo generalizado de casi toda la población, a la política neoliberal de los grupos de poder que han gobernado por décadas a este país.
El resultado en el caso del PRD, ya se venía venir desde tiempo atrás, la división que existe en ese partido es el resultado de dos proyectos de nación: el Proyecto Neoliberal que ha hundido en la pobreza a la mayoría de los mexicanos y enriquece a unos cuantos, abanderado por el PRI, el PAN y desde hace 3 años también por Nueva Izquierda del PRD; y el Proyecto Alternativo de Nación que propone recuperar la rectoría del estado mexicano para el beneficio de la gran mayoría de mexicanos, encabezado por el Presidente Legítimo Andrés Manuel López Obrador, Izquierda Unida del PRD, el PT, Convergencia y los sectores conscientes de la población mexicana.
Ahora bien, se debe poner en la balanza los factores que propiciaron los resultados del 5 de Julio, ya que mientras los partidos del Proyecto Neoliberal además de contar con el apoyo incondicional de la gran mayoría de los Medios de Comunicación nacionales y aun de los tribunales electorales, apostaron e hicieron uso de todas las artimañas conocidas desde hace varias décadas (como compra del voto, spots fuera de la ley electoral, reparto de despensas, suministro de materiales para construcción, ropa, electrodomésticos, juguetes, etc.) para “comprar” más que convencer al electorado, con cargo al dinero de nuestros impuestos.
Por otra parte los partidos adheridos al Proyecto alternativo de Nación, al no contar con muchos recursos financieros ni de difusión masiva, además de sufrir el embate diario y a cada hora de los medios de comunicación, apostaron a campañas austeras pero haciendo un llamado a la organización, al análisis y la defensa del voto y de la economía popular utilizando los métodos tradicionales como las brigadas de información, el volanteo casa por casa, las asambleas populares y pasando la voz directamente a la ciudadanía.
Como se puede deducir de lo anterior y los resultados del 5 de Julio lo resaltan, en México las condiciones para la elección de representantes populares son absolutamente injustas ya que se dan en un marco de participación clientelar e inclusive en muchos sentidos atentan contra la ley electoral vigente.
Ahora bien, en Iztapalapa para la elección de Jefe Delegacional se presentaron las condiciones más adversas que se pudiera uno imaginar, la consigna en esa demarcación era, “de una vez por todas, desaparecer o al menos minimizar del mapa político al Movimiento encabezado por Andrés Manuel López Obrador”, ¿y qué sucedió?, bueno pues que ante tal situación AMLO y sus colaboradores tuvieron que organizar, e implementar un plan acorde con las condiciones presentadas: trabajar organizadamente desde el pueblo, con el pueblo y para el pueblo. EL resultado está a la vista: más de 50,000 votos de diferencia a favor de AMLO-Clara Brugada-Izquierda Unida-PT-Juanito, con todo lo intrincado que se presentaba el escenario electoral, lo que representó y aun resalta a la vista a nivel nacional, un triunfo del pueblo consciente y organizado, orquestado por un líder honesto y sensible a las causas populares.
Para algunos militantes de izquierda, este será el escenario que se presentara de cara a la elección presidenciales para el 2012, habría que esperar, la realidad siempre nos da sorpresas.