Ampliar la imagen CÓNCLAVE. Alejandro Chanona, Manuel Carbonel y Alberto Anaya escuchan a Antonio Martínez, durante una conferencia de integrantes de la coalición Salvemos a México, en el Club de Periodistas Foto: Marco Peláez
Va entrando en calor el año electoral, con los primeros desfiguros a cargo de la banda juvenil especializada en convertir las prerrogativas partidistas en beneficios privados, la del Verde Ecologista que en el colmo de la incongruencia insiste en impulsar la pena de muerte, ahora mediante foros de consulta, cuando su presunta esencia está en la defensa de la vida. El cártel del saqueo presupuestal, encabezado por Jorge Emilio González, empuja la idea del castigo mortal porque cree que así conseguirá más votos (que a su vez se traducirán en más dinero público para el goce del grupito nada ecológico), a lo que se han sumado el PRI y el PAN, el primero porque uno de sus gobernadores, Humberto Moreira, de Coahuila, había hecho que su congreso planteara pioneramente la tesis punitiva extrema, y el segundo porque teme quedar mal con su clientela de mano dura si no se suma a las voces que piden energía a tope para frenar la delincuencia.
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