Similitudes entre AMLO y la Iglesia Católica. María Teresa Jardí

En mi reciente viaje a la zona totonaca de la sierra poblana pregunto por un edificio, viendo una construcción monumental, y me explican que es de los “Testigos de Jehová”, cuestiono si hay muchas sectas y me dicen que sí, que desde 1994 han llegado doce a instalarse, tan sólo en Ixtepec, enviadas a dividir al pueblo, al igual que ha sucedido en Chiapas y en otros lugares.
Aunque me explica, —mi guía mientras me acompaña a ver el espectacular paisaje—, que los totonacos consideran que son 13 las sectas porque la Iglesia Católica tampoco funciona ya como apoyo a los indígenas. A los carmelitas descalzos, de ahora, el pueblo los llama: “patas calzadas”, porque de descalzos nada les queda y porque están abiertamente aliados a los más pudientes y sienten horror por los grupos organizados aunque lo estén simplemente alrededor de proyectos productivos, de salud y artesanales. Y al preguntar por el PRD me dicen que los totonacos recibieron a AMLO y creyeron en él. Pero que como el PRD los ha decepcionado tanto y tantas veces empiezan a no creer que AMLO represente ninguna esperanza de cambio. Se equivoca AMLO. Como se ha equivocado la Iglesia Católica desde hace ya un largo tiempo. Ni los fieles se mantienen para siempre ni los seguidores tampoco. Cancelada la esperanza no queda nada por hacer para recobrarla.
Se equivoca AMLO al pensar que de manera cautiva la gente va a creer hasta el infinito en sus propuestas, por más interesantes que resulten desde la óptica de los capitalinos, a pesar de lo que ve en el PRD cada día más corrupto y hermano gemelo de los otros partidos desarmados en su estructura ética y de derecha fascista.
Fuera de las capitales donde las cosas se analizan de otra manera y donde, quizá, se asuma que mejor malos conocidos que otra cosa, es diáfana la falta de credibilidad que el PRD despierta como posibilidad de cambio pacífico a la construcción del mundo mejor en el que todos los humanos tenemos el derecho a vivir disfrutando de una vida digna.
En general las personas no aspiramos a tener el dinero que tiene Slim y a las personas, también en general, poco nos importa si gobiernan los blancos, los amarillos, los verdes, los rojos o los azules. Pero esto no quiere decir que al pueblo no le importe el pisoteo a su dignidad y la injusticia que se ciñe siempre sobre los pobres ni tampoco quiere decir que no analice la pobreza extrema a la que se condena a los pueblos mientras unos cuantos mafiosos disfrutan de todo y gozan de impunidad absoluta…
La católica no va a ponerse las pilas por ahora. Nada que hacer con Ratzinger como Papa. Aunque sin duda otras órdenes, inteligente y milenaria que es la católica, no tardarán en construir también otras opciones. Cuestión de inteligencia en aras de la prevalencia. Pero es difícil pensar que el PRD va a convertirse en esperanza ni aunque Encinas lograra desplazar a Ortega.
Somos millones los integrantes de la República Legítima y muchos más millones los integrantes del Movimiento Ciudadano y muchos más millones todavía son aquellos para los que AMLO representa la esperanza de cambio pacífico. Es incomprensible para mí esa tardanza suya en entender la necesidad de construcción de otro partido que mantenga la esperanza. El PRD, ya fue.