La Comisión Política del Partido del Trabajo (PT) denunció que la corriente Nueva Izquierda se negó “profunda y reiteradamente” a firmar el acuerdo para establecer la coalición del Frente Amplio Progresista y ahora, ante el descrédito de su dirigencia nacional, Hortensia Aragón, secretaria general del PRD, intenta negociar de última hora un acuerdo, “pero es demasiado tarde”.
Silvano Garay, integrante de la presidencia petista y comisionado para negociar la alianza con Convergencia, anunció también la adhesión –el martes próximo– de la Unión Popular Revolucionaria Emiliano Zapata a dicho frente, como hizo el Movimiento Cívico Nacional, encabezado por Mario Saucedo, Emilio Ulloa y Humberto Zazueta.
Asimismo–dijo–, cada martes de diciembre y enero se anunciará un desprendimiento de fuerzas internas del PRD para incorporarse a la coalición.
–El PRD de Jesús Ortega reclama que se pretende desmoronar a la izquierda institucional –se le señala.
–La nuestra es una coalición de PT y Convergencia más dos partidos sin registro: el Popular Socialista (PPS) y el Revolucionario de los Trabajadores (PRT), más otras organizaciones sociales. El nombre de Frente Amplio Progresista (FAP) es una cuestión totalmente política y coyuntural que termina el 5 de julio.
–¿Qué va a ocurrir el 19 de diciembre?
–Esperamos que legalmente quede instalada la coalición PT-Convergencia, una vez que presentamos la solicitud el día 10 y de ahí son 9 días para que el Consejo General del IFE la apruebe.
–Los chuchos acusan a la coalición de pretender usar el membrete de FAP para allegarse el respaldo de la ciudadanía.
–No es ningún oportunismo; es una coalición plural en el frente amplio. Durante cada semana y cada sesión, el PT insistió en instalar una mesa para analizar la creación de una posible alianza PRD, Convergencia y PT, que no fuera excluyente, pero no se pudo concretar por los problemas que tuvo el sol azteca. No hay ni albazo ni madruguete.
–¿Pretenden obtener el respaldo político de Andrés Manuel López Obrador?
–Definitivamente. Creemos en el movimiento que encabeza el “presidente legítimo”.
–¿Para ustedes qué representa el PRD de los chuchos?
Conflicto con Nueva Izquierda
–Es lamentable que un partido fuerte traiga esos problemas. Nosotros no tenemos conflictos con el partido; los hubo con Nueva Izquierda, encabezada por Jesús Ortega, a partir de la reforma energética. El asunto es que no hubo voluntad de impulsar la coalición.
“Esto no rompe el FAP, el cual está registrado legalmente. Es más, yo te adelanto que sí habrá coalición entre PRD, PT y Convergencia, y donde haya acuerdo iremos los tres a las próximas elecciones, o PT y PRD, o PT y Convergencia”.
–Esta alianza de PT y Convergencia ¿cómo se va a llamar?
–Coalición Frente Amplio Progresista. Y no es lo mismo que el FAP, porque éste es un frente político legalmente establecido ante el IFE. El de nosotros es un derecho que estamos ejerciendo. Y si no se aprueba así, iremos a los tribunales.
–Si se habla de algún problema, ¿radica en las diferencias que tienen con Nueva Izquierda?
–No hay diferencias, sólo no hubo voluntad para hacer coalición. No hubo una mesa para impulsar el diálogo entre Nueva Izquierda y nosotros.
–La dirigencia de Guadalupe Acosta, con vínculos estrechos a los chuchos, ¿no quiso sentarse a negociar con ustedes?
–Así es. Hace unos días nos buscó Hortensia Aragón, pero ya iba muy avanzada la charla. Y todavía, antes del 19 de diciembre, esto se puede recomponer si hay voluntad de ambas partes. La nuestra no es una posición excluyente ni tenemos ganas de fregar al PRD. La coalición es una alternativa electoral que nadie ha explotado, y el acercamiento de Hortensia Aragón llegó tarde.
Para Emilio Ulloa, integrante de los cívicos, su permanencia en el partido del sol azteca no representa ninguna contradicción política al haberse incorporado a la coalición PT-Convergencia.
“Nosotros estamos con lo establecido, con la lucha que encabeza Andrés Manuel López Obrador. Ya nos hemos sumado a la defensa de la economía popular”.
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