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LA PATRIA NO SE VENDE: SE AMA Y SE DEFIENDE, CON LA MENTE SERENA Y EL CORAZÓN ARDIENTE
CRÓNICAS DE TLACAELEL
En la actualidad el mexicano común y corriente vive el viacrucis como una situación de todos los días y no como una celebración que se tenga que llevar a cabo cada año, mucho menos como una situación mágico-religiosa, sino que como un padecimiento cotidiano que mucho tiene que ver con las condiciones sociopolíticas que una camarilla de fariseos modernos han impuesto al país.
Desde los últimos días del año pasado el mexicano de a pie fue condenado a través de un Juicio Sumario avalado por el PRIAN y algunos Chuchos a padecer todo el año, las alzas de precios en los productos básicos, las alzas en los precios del gas, de la gasolina, de la electricidad, el alza en montos de los impuestos sobre la renta y el IVA, etc.
Se podría pensar que si dichas medidas resultaran en beneficio de la forma de vida de la mayoría de los mexicanos, tendrían un cierto reconocimiento y justificación, pero es bien sabido que dichos incrementos que sacrifican a la mayoría de los bolsillos de los mexicanos solamente redundan en beneficio de la pequeña minoría oligarca y empresarial que es la que realmente gobierna este país.
A pesar de que la gente común ya vive en condiciones difíciles desde la irrupción del Neoliberalismo en México, se le van sumando cada vez más y más agravios, uno a uno, desempleo y salarios insuficientes, violencia generalizada y la presencia del ejército en las calles, la amenaza de la Intervención Norteamericana por el descontrol en la frontera norte y por sospechas de un estado fallido, se han convertido en las tres caídas con las que el régimen presumiblemente fuerte e independiente azota y lacera las garantías individuales y los derechos civiles y humanos del ciudadano común.
POR TLACAELEL
Es bien sabido que en México solamente un pequeño sector de la población tiene acceso a Internet como herramienta informativa, también es aceptado que parte importante de ese sector cumple con una labor casi heroica para informar y hacer conciencia de la grave situación por la que atraviesa el país en la actualidad, ante la enorme y avasalladora influencia sesgada que los medios oficiales imponen ante la opinión pública. Por otra parte, también es mínima la cantidad de población que sintoniza el canal del congreso para atender el trabajo legislativo de nuestros representantes, pero más ínfima es la cantidad de la población que asiste a las sesiones legislativas directamente.
Es también un hecho aceptado por una gran porción de la población medianamente informada que el trabajo legislativo en el Congreso de la Unión normalmente no corresponde a las grandes cantidades de dinero y prebendas que los diputados y senadores reciben a cambio de su trabajo. Y que tampoco ese trabajo legislativo ha sido la solución hasta ahora para la transformación que el país requiere, en todos los graves problemas que aquejan a la población.
Sin embargo, al menos en la Cámara de Diputados de la LXI Legislatura Federal, si hay algunos diputados que están cumpliendo cabalmente con su tarea en la defensa de la Soberanía Nacional, en defensa de los derechos laborales de los trabajadores, en defensa de los recursos naturales del país, etc. Este sector legislativo podríamos considerarlo algo así como la Resistencia Legislativa que propone y defiende algunas de las reformas que tanta falta le hace al país.
A los Diputados Gerardo Fernández Noroña, Jaime Cárdenas, Mario di Costanzo, Ramón Jiménez López, Claudia Sheimbaum, Laura Itzel Castillo, Adán Augusto López, Víctor Manuel Castro Cosio y otros anónimos, mis más cálidas felicitaciones, por su trabajo legislativo, y enhorabuena por ellos, porque su labor puntual, valiente e inteligente sacan a flote a ese sector del poder legislativo que defiende a capa y espada el honor y el sustento del pueblo de México. http://frentelegislativo.blogspot.com/
CRONICAS DE TLACAELEL
Día tras día la petición de la renuncia de Felipe Calderón como presidente del país va creciendo, en una espiral que actualmente no sabemos hasta donde llegue. Diversas organizaciones de diferente índole han levantado la voz y han esgrimido argumentos diversos para dicha renuncia. Los argumentos van desde el incumplimiento de sus promesas de campaña, el cuestionamiento por el resultado de las elecciones del 2006, la forma abrupta en que asumió la presidencia, la errónea lucha emprendida por su administración contra el narco y el crimen organizado, haber llevado al país a los niveles más bajos de crecimiento en varias décadas, haber endeudado cada vez más al país, por el intento de la venta indiscriminada de los recursos naturales que aún le quedan al país, por la pérdida de liderato de México en Latinoamérica, por la enorme carestía que la gente común y corriente tiene que soportar, por la imposición de las reformas realizadas en detrimento de la clase trabajadora, por los constantes aumentos a los productos básicos avalados por su partido y por el PRI, por la creciente ola de violencia que ha ensangrentado el país en los últimos años, por la militarización del país, por el uso indiscriminado y anticonstitucional de los grupos de seguridad del país, etc. La lista podría crecer interminablemente.
Hasta ahora argumentos sobran, pero la parte medular en estos casos es la parte jurídica del caso. Ante eso, la constitución política de los Estados Unidos Mexicanos, solamente en el artículo 39, manifiesta que la soberanía nacional reside en el pueblo y que éste tiene el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno y en el artículo 41 menciona que el pueblo ejerce su soberanía por medio de los poderes de la unión, situación que ya limita la acción directa del pueblo para ejercer su derecho a modificar la forma de gobierno que le convenga. Por otra parte, el artículo 86 menciona que el cargo de Presidente de la República solo es renunciable por causa grave que calificará el Congreso de la Unión, ante el que se presenta la renuncia.