CRONICAS DE TLACAELEL.
No es casualidad que ahora que en México nos gobierna la derecha caótica más que católica y la empresa neofascista más que neoliberal, se presentan los acontecimientos en el país, como que si todo obedeciera a un plan perverso contra la gente común y a favor de los grandes potentados.
En los recientes meses se ha puesto de manifiesto que al gobierno espurio se le hace tarde para cumplir con los designios de sus patrones, por eso es que en el poco tiempo que les queda y en el poco margen de acción social y legislativa tratan de impulsar la reforma laboral y también amagan con una segunda reforma petrolera.
Para lograr sus fines son capaces de cualquier cosa, pasando por encima de los derechos humanos y de los derechos civiles y aun como se ha visto a lo largo de este sexenio gris y rojo, pisoteando la dignidad de las clases populares, difamando y haciendo uso de la mentira como Instrumento de dominación, y la palabra escrita y difundida en sus medios de comunicación como mecanismo de control ya no simulado sino como una imposición que avale su obediencia ciega.
Pero como en todo, siempre existe la contraparte, el complemento necesario, y en esta ocasión este es el papel fundamental de la resistencia civil pacífica, que en la actualidad va creciendo y sumando grupos sociales, métodos de trabajo, instrumentos de difusión, centros de estudio y reflexión.
Ahora más que nunca se requieres del compromiso con el movimiento, de cerrar filas a favor de las batallas de la gente común y en contra de todas esas acciones que nos han conducido a un estado fallido. Y aquí si es importante que nos demos cuenta que se requiere que nuestras acciones se habiliten no por casualidad, sino por una estrategia bien definida y llevada al pie de la letra, hasta que se restablezcan las condiciones mínimas posibles de justicia y democracia en este país, tenemos la oportunidad histórica para hacerlo. Adelante compañeros.
No es casualidad que ahora que en México nos gobierna la derecha caótica más que católica y la empresa neofascista más que neoliberal, se presentan los acontecimientos en el país, como que si todo obedeciera a un plan perverso contra la gente común y a favor de los grandes potentados.
En los recientes meses se ha puesto de manifiesto que al gobierno espurio se le hace tarde para cumplir con los designios de sus patrones, por eso es que en el poco tiempo que les queda y en el poco margen de acción social y legislativa tratan de impulsar la reforma laboral y también amagan con una segunda reforma petrolera.
Para lograr sus fines son capaces de cualquier cosa, pasando por encima de los derechos humanos y de los derechos civiles y aun como se ha visto a lo largo de este sexenio gris y rojo, pisoteando la dignidad de las clases populares, difamando y haciendo uso de la mentira como Instrumento de dominación, y la palabra escrita y difundida en sus medios de comunicación como mecanismo de control ya no simulado sino como una imposición que avale su obediencia ciega.
Pero como en todo, siempre existe la contraparte, el complemento necesario, y en esta ocasión este es el papel fundamental de la resistencia civil pacífica, que en la actualidad va creciendo y sumando grupos sociales, métodos de trabajo, instrumentos de difusión, centros de estudio y reflexión.
Ahora más que nunca se requieres del compromiso con el movimiento, de cerrar filas a favor de las batallas de la gente común y en contra de todas esas acciones que nos han conducido a un estado fallido. Y aquí si es importante que nos demos cuenta que se requiere que nuestras acciones se habiliten no por casualidad, sino por una estrategia bien definida y llevada al pie de la letra, hasta que se restablezcan las condiciones mínimas posibles de justicia y democracia en este país, tenemos la oportunidad histórica para hacerlo. Adelante compañeros.
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