miércoles, 14 de enero de 2009

Astillero Julio Hernández

Con el dólar por encima de los catorce pesos, Obama, en franco amago revisionista del TLC para mejorar los índices gringos de empleo a costa de los del vecino, y la economía nacional cada vez más sombría, a Felipe del Sagrado Corazón de Jesús no le ha quedado más remedio que acogerse a los hipotéticos beneficios de una reunión internacional de promoción de valores familiares cristianos a la que el Papa no pudo asistir, según eso por indicaciones relacionadas con las alturas (no las divinas sino las médicas, pues la elevación de la ciudad de México sería dañina para la salud del alemán) pero que el presidente nacional (del PAN, pues Germancito sólo es una especie de caporal en permanente angustia) inaugurará hoy con la vista puesta en la planicie terrena de los comicios intermedios (¡Derechosos de México, uníos en las urnas!).

Adiós a lo que es de dos (la separación Iglesia-Estado) y al César (Nava) lo que es electoral. Si Juárez no hubiera muerto habría leído ayer en la mañana, en algún cafecito del rumbo del Zócalo, la noticia de que el constantemente imprudente vocero del arzobispado de México, Hugo Valdemar, proponía la creación de un partido católico en México. Según las cananas declarativas del emisario norbertino mencionado, hoy se dan condiciones de persecución contra el catolicismo parecidas a las que detonaron el conflicto cristero del siglo pasado. La nota publicada en El Universal, con la firma de Natalia Gómez Quintero, asegura que, a juicio del portavoz Valdemar, los gritos de “¡Viva Cristo Rey!” que suelen escucharse en manifestaciones públicas contra el aborto y en favor de las formas familiares convencionales son “un clamor en defensa de la fe”, pues “hoy no somos perseguidos físicamente, pero sí de manera ideológica, porque a los que defienden estos preceptos se les tacha de mochos y se les discrimina”. Unas horas después de ese fantasioso cafecito juarista actualizado, el oaxaqueño universal se habría enterado en la radio de que el ocupante formal del Poder Ejecutivo de México había sido programado como voz inaugural del sexto Encuentro Mundial de las Familias donde, ¡oh, ironías!, se analizará y denunciará el papel pervertido del Estado mexicano que, según Desde la fe, el órgano informativo de la misma arquidiócesis de México, se ha extralimitado en sus funciones y se ha convertido en un “educador absolutista”.

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