Los mexicanos hemos padecido malos gobiernos desde siempre, salvo honrosas excepciones, pero la situación del gobierno actual ya es casi insostenible. La mayoría de la gente sabe o al menos intuye que desde la elección fraudulenta del 2006, la toma de posesión por la puerta trasera del Congreso de la Unión, el incumplimiento de sus promesas de campaña, los incrementos a los precios de los productos básicos, su guerra de antemano perdida contra el Narco con más de 12,000 muertos, los avances privatizadores contra la educación, el sector, salud, el petróleo y ahora la energía eléctrica, Calderón ha estado favoreciendo el incremento de las riquezas de las grandes empresas, tanto extranjeras como mexicanas, en detrimento del patrimonio del pueblo mexicano y algo muy grave en la mayoría de los casos violando flagrantemente las leyes mexicanas, e incumpliendo el juramento que hizo ante el Congreso de la Unión, y ante la Constitución Mexicana.
El SME como es bien sabido, es un sindicato independiente, que se ha caracterizado desde hace muchos años, por defender el patrimonio del país y de los trabajadores y que en la perspectiva del gobierno derechista actual, es un escollo en sus ambiciones para comercializar la red de fibra óptica y la posterior privatización del sector eléctrico. Pero también el SME representa una parte importante del sector concientizado de la población, que resiste tenazmente varios embates, pero cuando se cansa de resistir, puede ser el motor de un estallido social como hace 100 y hace 200 años.
Ahora se sabe que varios de los problemas que enfrenta La Compañía de Luz y Fuerza, y que no debieran achacarse a los trabajadores sindicalizados del SME, es debido a las corruptelas entre los altos funcionarios y los grandes usuarios como las Empresas, dependencias gubernamentales, bancos y ayuntamientos, entre otros.
El escenario político y social del país es muy delicado desde cualquier ángulo que se le quiera ver, todos los actores importantes deberían actuar con cordura y compromiso para evitar deteriorarlo más. Sin embargo pareciera que a las cúpulas gobernantes, empresariales, partidistas y mediáticas del país, solamente les interesa preservar sus intereses personales o de grupo, sin medir las consecuencias que se pudieran presentar si no se corrige el rumbo.
El sábado pasado en la Asamblea Nacional de la Resistencia Popular, y al calor de la campaña de solidaridad hacia el SME, se mencionó la posibilidad de organizar en algunas semanas más un paro nacional; habría que ver qué tan conveniente resulta la aplicación de medidas como esta, y qué tanto el grueso de la población la aprobaría y la aplicaría, ya que de resultar exitoso pudiera ser el punto de partida para un movimiento social más amplio que inicie en cierta forma la liquidación del Gobierno espurio, habrá que esperar y actuar.
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