Por Hasardevi 4 de agosto 2009
Y el eufemismo “nota discordante”, suave como es, lo utilizo no porque carezca de certeza sobre lo burdo del fraude perpetrado en nuestro país, del cual son cómplices clase política, clero, empresarios corruptos, medios mercenarios y pueblo inconsciente, sino porque doy un beneficio de duda al presidente Zelaya en su desconocimiento sobre lo ocurrido en México en los cuatro últimos años al menos.
Zelaya debe conocer así sea someramente, la turbiedad que circunda inexorablemente a Calderón. Cae en el absurdo del “mundo al revés” que un presidente democráticamente electo, agredido por las fuerzas más oscuras de su país, se entreviste, de todos los presidentes latinoamericanos precisamente con aquel sobre el cual recae la duda sobre su legitimidad. Aunque, es verdad que la invitación provino de México y que México es, no es un secreto, un vocero de las políticas de los EUA. Así que Zelaya ¿no puede eludir el “llamado” que se le hace?, más aún en vista del fracaso de las negociaciones de Arias, podría ser.
Lo bueno: se realizará un acto de solidaridad de varias organizaciones democráticas con el presidente de Honduras, para el pueblo de Honduras, claro está. Y como el embajador retirado Jorge Eduardo Navarrete apunta: es una prueba para la diplomacia mexicana, si es que ésta se puede deslindar del contexto de un gobierno espurio al que sirve, digo yo.
No se puede olvidar que Manuel Zelaya fue violentamente depuesto por la simple razón de estar aliado al ALBA, misma que ha resultado a favor del pueblo de Honduras; por su cercanía con el presidente Chávez; porque las políticas que benefician al pueblo son de izquierda... el indigno Uribe se ha reelegido sin que nadie lo haya cuestionado por ello, y tal es el pretexto con el que se pretende justificar lo injustificable: un golpe de estado gorilezco contra un poder democráticamente constituido, un golpe bajo a un pueblo que hoy se encuentra dando una batalla ejemplar en resistencia.
Dos reflexiones finales: me pregunto si, AMLO 1) ¿se entrevistaría con un presidente en el que recayera la duda sobre su legitimidad?; 2) ¿qué habría hecho de encontrarse en la situación vivida por Zelaya cuando se encontraba a las puertas de su país hace unos días? Reflexiono sobre ello porque son éstas las respuestas a estas disyuntivas las que definen a los verdaderos estadistas. De todos modos: solidaridad con el pueblo de Honduras ¡viva la democracia y la libertad de los pueblos!
Hay por lo menos, una nota discordante, en lo que se refiere al encuentro entre Zelaya, Presidente de Honduras depuesto mediante un golpe militar a la más retrógrada usanza, y Calderón, detentador ilegítimo del poder presidencial en México, como se desprende de los hechos registrados en la historia reciente de este país. Ahí están documentos, actas, libros, artículos periodísticos, análisis de un gran número de especialistas mexicanos y extranjeros... en fin, el fraude más documentado de la historia contemporánea y, como una constancia fehaciente de este hecho, primero, la negativa rotunda de Felipe Calderón al re-conteo de votos, que sí se hizo en estas últimas elecciones en donde la duda provenía sobre todo del partido en el gobierno; y después, la confesión de parte en boca del traidor a la democracia, el disoluto de la política, Fox: “no pude desaforar a López Obrador, pero me desquité en las elecciones...” y el cinismo pueril del propio usurpador: “ganamos, ‘haiga’ sido como ‘haiga’ sido...”
Y el eufemismo “nota discordante”, suave como es, lo utilizo no porque carezca de certeza sobre lo burdo del fraude perpetrado en nuestro país, del cual son cómplices clase política, clero, empresarios corruptos, medios mercenarios y pueblo inconsciente, sino porque doy un beneficio de duda al presidente Zelaya en su desconocimiento sobre lo ocurrido en México en los cuatro últimos años al menos.
Zelaya debe conocer así sea someramente, la turbiedad que circunda inexorablemente a Calderón. Cae en el absurdo del “mundo al revés” que un presidente democráticamente electo, agredido por las fuerzas más oscuras de su país, se entreviste, de todos los presidentes latinoamericanos precisamente con aquel sobre el cual recae la duda sobre su legitimidad. Aunque, es verdad que la invitación provino de México y que México es, no es un secreto, un vocero de las políticas de los EUA. Así que Zelaya ¿no puede eludir el “llamado” que se le hace?, más aún en vista del fracaso de las negociaciones de Arias, podría ser.
Lo bueno: se realizará un acto de solidaridad de varias organizaciones democráticas con el presidente de Honduras, para el pueblo de Honduras, claro está. Y como el embajador retirado Jorge Eduardo Navarrete apunta: es una prueba para la diplomacia mexicana, si es que ésta se puede deslindar del contexto de un gobierno espurio al que sirve, digo yo.
No se puede olvidar que Manuel Zelaya fue violentamente depuesto por la simple razón de estar aliado al ALBA, misma que ha resultado a favor del pueblo de Honduras; por su cercanía con el presidente Chávez; porque las políticas que benefician al pueblo son de izquierda... el indigno Uribe se ha reelegido sin que nadie lo haya cuestionado por ello, y tal es el pretexto con el que se pretende justificar lo injustificable: un golpe de estado gorilezco contra un poder democráticamente constituido, un golpe bajo a un pueblo que hoy se encuentra dando una batalla ejemplar en resistencia.
Dos reflexiones finales: me pregunto si, AMLO 1) ¿se entrevistaría con un presidente en el que recayera la duda sobre su legitimidad?; 2) ¿qué habría hecho de encontrarse en la situación vivida por Zelaya cuando se encontraba a las puertas de su país hace unos días? Reflexiono sobre ello porque son éstas las respuestas a estas disyuntivas las que definen a los verdaderos estadistas. De todos modos: solidaridad con el pueblo de Honduras ¡viva la democracia y la libertad de los pueblos!
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