Alberto Híjar
El mito religioso que sustenta el dogma de la familia patriarcal y macha, no impide la destrucción de ella como garantía de la explotación constante. Trabajar dos turnos y, si se puede, conseguir una ayudita eventual los fines de semana, son habituales para los trabajadores con salarios insuficientes. Como además estos empleos están cada vez más reducidos a la contratación temporal sin derecho alguno de antigüedad ni prestaciones, hay que conseguir trabajos a las esposas y a las hijas e hijos. Como está prohibido por ley el trabajo infantil es bueno lo que caiga. La familia no puede reunirse ni los fines de semana, cuando la chamba eventual es una bendición. Se maldesayuna un café instantáneo, quizá un pan, algún resto de los frijoles de ayer y la comida puede ser cualquier cosa a media calle. Se acabaron las comidas con toda la familia presente. Arturo Mecalco, un trabajador electricista que hacía excelentes instalaciones artísticas, alguna vez expuso la comida del obrero, pato al orange o sea, un gansito marinela con un refresco de naranja.
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