Por Francisco Rodríguez
Los deseos deben obedecer a la razón.
Marco Tulio Cicerón
COMO CASI TODOS los años, queridos Reyes Magos, les escribo con la esperanza de que esta mañana aparezcan en mis zapatos lo que a continuación les pido.
Saben ustedes que bien, lo que se llama bien, no me he comportado, pero a ustedes don Gaspar, don Melchor y don Baltazar les consta que he puesto mi mejor esfuerzo en conseguir no vanagloriarme, no ser avaro, pero eso sí un tanto glotón, menos lujurioso de lo que desearía, escasamente perezoso, nada envidioso, y cero iracundo.
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Los deseos deben obedecer a la razón.
Marco Tulio Cicerón
COMO CASI TODOS los años, queridos Reyes Magos, les escribo con la esperanza de que esta mañana aparezcan en mis zapatos lo que a continuación les pido.
Saben ustedes que bien, lo que se llama bien, no me he comportado, pero a ustedes don Gaspar, don Melchor y don Baltazar les consta que he puesto mi mejor esfuerzo en conseguir no vanagloriarme, no ser avaro, pero eso sí un tanto glotón, menos lujurioso de lo que desearía, escasamente perezoso, nada envidioso, y cero iracundo.
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